miércoles, 7 de noviembre de 2012

Aplausos y tomates

Si el mundo fuera más justo y equitativo, probablemente no habría pobreza en la tierra. Si el Rey no se fuera a cazar elefantes, cabría la posibilidad de que no se rompiera la cadera. Si se exigiera el graduado escolar para concursar en televisión, por Gandía lo que darían "voltios" o "garbeos" serían las plantas rodadoras del viejo Oeste...Pero lo que tienen más claro que el agua, casi cristalino por Twitter, es que Eduardo García Serrano, jamás volvería a pisar un plató si esta España nuestra, fuera un país serio. No es nada personal de la red, sino algo particular del susodicho. Y es que, ha llamado "maricón" a Pedro Zerulo y le ha indicado por dónde le podrían colgar en Teherán en un tono poco amigable. Y claro, las reacciones no tardan y las respuestas se disparan.




Y mientras unos lanzan cuestiones injustificadas pero hasta cierto punto, razonables en su opinión de por qué el de Intereconomía no pasa sus noches en vela por Guantánamo... otros comienzan a sentir cierta  asimilación del sentimiento independentista vasco y catalán tras semejantes comentarios. Del humor al enfado y viceversa por la calle de la incomprensión. Los acongojados, exigen una retirada a tiempo de los anunciantes en señal de protesta y distanciamiento. ¿Quién sabe? Tal vez toda esta parranda sea puro despecho tras una cobra de Zerulo...

Los que no sabríamos si despechados o no, pero inspirados desde luego, son los seguidores de #LaVoz que como cada miércoles, sacan la artillería pesada en 140 caracteres. Copando el 60% de los Toma Tema del momento, el programa con el que nadie parece coincidir, pero del que todos hablan, varía más que los precios de El Corte Inglés. O lo que es lo mismo, en todo momento se habla de La Voz, pero los hastags son de lo más variopintos. 

Bisbal, ese cantante que dubitativo y al borde de un ataque de nervios expone su corazón en cada decisión. Rosario, esa mujer que vería color hasta en un GPS. Malú, cuya faceta profesional parece importar bien poco cuando sus piernas aparecen en pantalla y el bueno de Melendi. Ese asturiano, miembro oculto de Cáritas, que no descartaría ni a un rebaño berreando.  El objeto de las críticas (porque no nos engañemos, siempre hay alguien a quien odiar en esto de Internet), ha sido Sharay Abellán. Por enchufada, por olvidar la humildad durante cada programa en casa y porque es más fácil alisar el pelo a su contrincante que aguantarla. Los twitteros parece que han decidido ponerse de acuerdo en esto de detestar a un concursante y la hija del periodista, por lo visto, compró todas las papeletas. Sin excepción.



Pero esto no siempre es así. Y ahí está lo bonito. En la variedad. En la diversidad. En el pluralismo y la heterogeneidad . En la multiplicidad y en la disparidad. Pero sobretodo, en el respeto. En comprender que no todos tenemos la misma voz ni idénticas ideas pero que no hay quien no merezca ser escuchado o se haya ganado al menos, el derecho a intentarlo. Toni Cantó, rey de la polémica, ha decidido protagonizar una parodia de La vida de Brian sobre el nacionalismo catalán en representación de UPyD. Y claro. Aplausos y tomates. Por un lado, hay quien da la razón al actor que aun populista, dice "verdades como puños". Y otros, que tras multitud de improperios, sospechan que Cantó o bien trabaja para CIU dada la "favorable repercusión que les ha generado" o bien posee encefalograma plano. Tengan razón unos u otros, ambos o ningunos, lo mejor, será juzgar por uno mismo:


 


Tolerancia queridos twitteros. Respeto y tolerancia.

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